En un bar de carretera, cenando. Ella estaba en frente de mi mesa, parecía tan triste. La camarera era una cotilla, vino y se sentó, autoinvitándose, a nuestra mesa, sólo para chismorrear. Lleveba un vestido rojo, me parece, no recuerdo, su amargura me impedía verla, sólo su gesto y la voz de la camarera comentando que siempre iba llena de moratones. Ella estaba tan triste, papá, ella no lloraba, pero igual se le veía tan triste...Cenábamos una especie de minestrón: apio, pimientos, zanahorias...ella estaba tan triste, siempre herida, ella y su vestido rojo, había más mujeres en su m